NO ME GUSTA BENEDETTI

miércoles, 30 de abril de 2014

Ciertamente la deconstrucción también toma como objeto la hegemonía del falocentrismo en lo referente a la diferencia sexual, y llega a realizar la crítica de falocentrismo = logocentrismo. De hecho, se está hoy llevando a cabo en el nombre de la rebeldía de la feminidad. Sin embargo, eso no es un simple feminismo. Pues el feminismo no puede ser otra cosa que la inversión del falocentrismo.” JACQUES DERRIDA.

A la Misma que, sin ton ni son, vendió toda mi ropa y me dijo sin piedad un triste día: ¡Cómo!, ¿que no te gusta Don Mario Benedetti?... En fin, buen cabrón, ¡eres un monstruo insensible sin verdadero talento! ¡A mí, francamente, quien no me gusta eres tú!”.

Pablo Picasso. Minotauro acariciando a una mujer dormida, 1933

Por Armando Almánzar-Botello


¡Buenos días, bello eterno vacío, deslumbrante y sosegado derroche de la Rosa; buenos días!

Un beso in memoriam para ti, intenso como la descarga eléctrica del gimnoto, como quien traza la prosodia de un derrumbe; una línea catastrófica de dispersión y exilio hacia tu boca de mujer que no deseo ya besar, pero relumbra cada día en el olvido. 


Mi palabra es Minotauro hacia tu vulva-laberinto. Sinuosa fluye su misterio —fonemas del abismo asordinado—, por la desnudez convexa de tu remoto espejo. Mentido cuerpo imaginario con su juventud cosmética... Belleza delusoria de la carne: resplandores de algo nómada y obscuro... 

Todo bien por estos Lares, bella frágil porcelana… Ahora, justo en este mismo instante, degusto la maravilla y la plétora de Ser al modo intenso, paradójico, en el acto sereno de vivir y beber mi té de tilo, limpiamente acompañado, saboreando yo también mi trocito sutil de magdalena...

Todo bien, todo bien por este mi altivo señorío, Doña Bella... ¡Ja! Aunque acuso siempre recibo del impacto terrible de nada que me produce el insulso poema de tu ausencia...

¡Es tu gozo tuyo de ti! —sí, la vida, lo sé y lo comprendo, la vida—, pero nada, nada, nada, ni la Fama con sus alas doradas extendidas sobre la fatalidad febril del mundo y su Estulticia Grande (Democracia Fraternal de los Imbéciles), para mí autoriza bajo el astro rey la terrible alevosía poética QUE DULCEMENTE, OTRAS VECES CON VIOLENCIA, nos ofrece aquel don Mario de ricas letras “talabarteras” y 
heráldicas... 

"Cuando oigo la palabra cultura, desenfundo mi pistola"... decía Hermann Göring, el gran Mariscal de Hitler.

A mí, en cambio, cuando escucho las palabras "Benedetti" o "Evangelio", se me enfría y desgonza la pistola del amor y se me torna la lengua un ramo de culebras, o lo que es peor (¿mejor quizá?) un ramo de rosas plásticas, y si orgánicas: transgénicas, “inmortales” e inodoras...

Involuntarios trucos de mi vieja muerte: ¡oh, pulcra porcelana!

Disculpa, mi antiguo amor, pero DETEXTO a Benedetti... Aunque cierta gentuza por ahí anda creyendo que don Mario es, como quien dice...¡LA VERDADERA POESÍA!...

¡Vamos!, ¡comprendemééé! (como decimos nosotros los nobles madrileños de genealogía bastarda), me refiero tan sólo a ciertos 
burdos textos paleo-marxianos y a ciertos "dinosaurios" del nihilismo más tullido en su "exitoso éxodo" político, comercial y metaliterario; a unos cuantos comensales, pseudo-vanguardistas, del banquete poético norte-hispano-americano y el fast food delivery” postmoderno, cuando simulan devorar la infinitud potencial del poema, y padecer en la médula el dolor irreparable de los exilios y los "incilios".

¡Pero no!, nada de prejuicios contra los venerables, verdaderos, grandes y dignos extrasiderales de la Revolución… ¡Jamás!

No obstante, prefiero una y mil veces (yo, un simple ciudadano en ejercicio de plena democracia estética, rota) a cinco escritores uruguayos: Isidore Ducasse, Conde de Lautréamont, 
Julio Herrera y Reissig, Juan Carlos Onetti, Rafael Courtoisie y Roberto Echavarren... ¡Así vibra mi pobre y herida sensibilidad descompuesta! 

Hasta Octavio Paz un día me reconoció razón, a priori, cuando le concedió un importante premio al “joven poeta” Rafael Courtoisie 
—Lo conozco, estuvo aquí en el país... él en persona y su gran poesía... 

El excelente poeta Echavarren también estuvo en Santo Domingo para la misma fecha, hará unos pocos años. Cenamos todos juntos, con otros cardinales poetas vernáculos… También se encontraba el gran bardo peruano Rodolfo Hinostroza. ¡Gran momento para la Historia Sentimental de la Poesía Dominicana!...

De 
Lautréamont y Juan Carlos Onetti, sagrado binomio heterofónico, sólo me entero cuando Satán me habla por las noches, para increparme… 

Y volviendo a lo nuestro, es decir, a lo norteamericano, te digo una vez más, mi viejo amor: Para la mirada lúcida y los gustos cultivados se hicieron los vibrantes colores invisibles.

Maravilla discreta en los intersticios del mundo real. Resplandor de un abandono sangrado pausadamente, revelado ahora en mi té de tilo humeante, pensativo... Hay colores palpables con los labios... bebibles, olfateables... Disculpa que me cite:

El Cuerpo Intensivo no es más que el Cuerpo sin Órganos, entendido como campo descentrado de manifestación de una única onda o sensación que recorre la multiplicidad de registros o dominios sensoriales y se expresa en ellos de una forma plural.

La fenomenología habla, diferenciadamente, de un "desorden de los sentidos" basado en una mezcla de dominios sensoriales distintos, pero totalizados al final del proceso en una unidad sinestésica de las sensaciones.
”…

¡Pero no!...

Lo mío es todo lo contrario de tu "todo lo contrario": un té de tilo con la Otra por siempre "indestruida", sorbido en el sosiego y sabiamente argumentado...

¡Adiós!


2010


TEXTO SENTIMENTAL POBREMENTE RETOCADO.


© Armando Almánzar-Botello.
Santo Domingo, República Dominicana.

Retorno a la perla

martes, 29 de abril de 2014


"Mi mujer está dormida. / También es luna, / claridad que transcurre, / -no entre escollos de nubes, / entre las penas y las peñas de sus sueños: / también es alma." Octavio Paz

"Qué criterio de pájaro inventado / construye la figura de la tarde / con una morosidad sin decadencia, / como si en vez de ser el pájaro el que vuela en el aire / fuera el aire el que vuela en el pájaro". Roberto Juarroz

"La vida dibuja un pájaro / para que habite el nido / y la muerte de inmediato / dibuja otro pájaro." Roberto Juarroz

"No voy a dibujar un pájaro volando sino al mismo vuelo dibujándose" José Mármol 


"Comparar a la mujer con una Cosa enigmática (Das Ding), sin fondo; considerarla una estatua de jade que nos piensa, oculta en su propia belleza; decir que la mujer nos puede hablar como habla un libro, o que, por lo contrario, participa voluntariamente de una mágica y sabia reserva de silencio, como si ella fuese un discreto y enigmático organismo vivo, todo esto no es torpe y simple misoginia, no implica negarle la subjetividad y sus derechos como sujeto político-social a la mujer, sino más bien el abocarnos a esa pura poesía iluminada que vislumbra el goce femenino más allá del falo. Asunto de auténticas mujeres y de auténticos/as poetas." A. Almánzar-BotelloMUJER= COSA. Para leer lentamente, con voz relativamente alta...


http://cazadordeagua.blogspot.com/2012/08/mujer-cosa-para-leer-lentamente-con-voz.html
                 
                       


Por Armando Almánzar-Botello

Para mi esposa Fredes Báez Santana, blanco enigma de la perla.



Un grano de arena en la luz que resbala. 
                                                                  Turbulencia del Mito 
las olas.

           Tímido bivalvo en su recinto se recoge…
                                                                               sensitivo,
lentamente.
                 
                    Rojiza cae la tarde… ¿Qué es el tiempo?...

La perla oculta... ¡late!:
                                       limpia y tersa maravilla del mar,
temblor de la-vida-la-muerte.

                                        Recinto entreabierto de la ostra:
Secreto que desnuda su pliegue al pensamiento…

Con el lógos de mi lengua no quiero crear dioses:
No aspiro a iluminar la transparencia.

No voy a liberar los pájaros del viento sino el brote de tu 
sombra
             que palpita entre mis versos…

                                                  Con anhelo en el aliento,
no voy a diseñar en el aire un himno eterno,
ni a esculpir en mi palabra de piedra el gran silencio.

Voy suave y simplemente,
a borrarte de la sangre la memoria de otros vuelos,
las huellas de los labios que brillaron en tu arena…

Nadando con mi lengua por tu gruta sumergida
te voy a desatar el poema de la ausencia...
                                                                       un silencio...
un olvido...

                Blanco abismo de la perla.
Duro vértigo de tiempo en tu alma floreciendo.

¡Oh!, mujer erguida:
                                  también eres oscura 
diáfana (in)consciencia...

y escribes junto a mí con el mar... 
                                                       este poema.




Noviembre de 2006 
Texto retocado.

Francis Bacon, vuelve. Slaughterhouse’s Crucifixion.
Editora Ángeles de Fierro. San Francisco de Macorís, R.D.,
2007, página 54. 


© Armando Almánzar-Botello
Santo Domingo, República Dominicana. 


¡NO TODO VALE!

sábado, 26 de abril de 2014


UN EJERCICIO COGNITIVO-LÚDICO QUE TAMPOCO ES ARTE...




«... No me seduce la "divina" gracia palabrera de la banalidad. No me atrae la mixtura indiscriminada o arbitraria de categorías y registros conceptuales disímiles, ni tampoco me cautiva el simple desatino pseudo-filosófico sin mayores consecuencias... 

No me siento encandilado por los sofismas ni por la retórica "obsesivo-compulsiva" de ciertos discursos teorético-pintorescos y pseudo-innovadores. Filosofar es otra cosa... 

Aunque reconozco el relativo poder de tanteo, exploración y auto-esclarecimiento que asiste a ese "retozo" cognitivo en cierta etapa relativamente temprana del desarrollo intelectual del sujeto: en la común adolescencia del pensamiento.

Ese mero juego como fuga de ideas que simplemente respeta la sintaxis canónica pero no conlleva, en sentido estricto, la delimitación o el abordaje crítico de problema filosófico-teórico alguno, posee ciertamente un valor estructurante y hasta terapéutico: “Espacio potencial de juego”, lo denomina Winnicott. Pero aunque dicho espacio sea necesario para la incubación de la subjetividad, filosofar es otra cosa.

No me inspira mucho respeto, si de pensamiento filosófico se trata, la sintaxis del dislate brillante o la trivialidad vestida de galas lenguajeras… Jacques Lacan, por ejemplo, es otra cosa muy diferente.

La deriva oscura del significante y la flotación de los categoremas debe producirse con los ojos bien abiertos, en tensión con la claridad de la cognitio (...)

Por otra parte, aunque las luces no deben ser tan fuertes que puedan cegarnos, el asumir, con pretensiones de “fechar obra” en las esferas estético-creativas, estrategias como el “sinsentido dadaísta”, el “método surrealista” o la “escritura sistemático-neológica”, implica 
siempre lo ha implicado, incluso contra la radicalidad seductora de ciertos planteamientos de los mismos Tzara y Breton, desplegar sueños, pero sueños dirigidos, delirar, pero con delirios orientados: una suerte de "tramar" o “encauzar” quimeras o espejismos...

No se trata de promover el puro e incurable azar o el mero caos privado de la tensión que debe guardar con la vigilante voluntad de orden.

Si así lo fuera, el auténtico pensar y el genuino crear resultarían ser cualquier cosa.

Sería o valdría lo mismo decir, por ejemplo, "babababa" o "kakekekelalala", utilizando los conectivos, unos cuantos verbos, sustantivos, adverbios y adjetivos, para luego permutar con ellos los dos mencionados “neologismos” manteniendo cierto respeto a la sintaxis formal durante unas 300 o 400 páginas, que escribir la "Fenomenología del Espíritu" de Hegel, "Don Quijote de la Mancha" de Cervantes, las "Investigaciones filosóficas" de Wittgenstein, el "Ulises" o el "Finnegans Wake" de James Joyce (...).

Filosofar-escribir sería algo así como: "Babababa sin kakekekelalala no es babababa irredento, pues babababa come ahora kakekekelalala lloviendo, y el kakekekelalala que sólo es kakekekelalala libresco, piensa kakekekelalala prohibido y paraguas lobuno. El testamento kakekekelalala remite o dimite a kakekekelalala y babababa consumistas. Pero sólo si el humor negro sanguinolento y tremebundo con gorrito campesino Scotland Yard y, por supuesto, la hojarasca militar peripatética y esquizo, se constituyen poco a poco en kakekekelalala que goza y en rueda-máquina dentada también combinatoria y digital, es decir, kakekekelalala desierta y babababa poética, podría lógicamente producirse la más isócrona transfiguración insulsa del cuasi-petardo semántico polimorfo de un libro babababa, neo-fractal-excrementicio, fenoménico-textual y epistémico-neológico, para definir un mundo nuevo en la cubierta de la barca preterida kakekekelalala, muy feliz la ontología con helados, chocolates y arácnidos bipolares. ¡Y nunca olvidemos, en la Gloria del Ser limpias corbatas, por no decir los corbatines turbulentos! Kakekekelalala y babababa metafísicos y que patatín que patatán los premios, concursos, maratones y las letras. Así también lo dijo Heidegger"...

¡Evidentemente que el "Finnegans Wake" de James Joyce y las "Investigaciones filosóficas" de Wittgenstein, por ejemplo, no se podrían reducir jamás a este juego trivial y pueril de despropósitos...! 

Si se pudiera reducir la cogitación a este insulso recurso combinatorio, filosofar sería entonces el reino anestésico del DISPARATE elevado al estatuto absolutista de escritura soberana... ¡Una simple tontería! 

El "disparate" dadaísta no es crudo y mero disparate... es un mero "inmanente" nadando en otra salsa...

En muchas ocasiones, puede obnubilar nuestro juicio la cándida certeza paranoica de que estamos innovando, o también el percibir como simple “juego de palabras” aquello que desborda nuestras competencias cognitivas (…)» J. P. CHARRIER.




© Armando Almánzar-Botello.
Santo Domingo, República Dominicana.

DAR(SE) TIEMPO PARA EL DUELO...

viernes, 25 de abril de 2014

...Y POSIBLE RETORNO AUTO-CREATIVO…

Con motivo de la partida de mi amada madre la Profesora Ana Mencía Botello Valdez Vda. Almánzar. (9 de Julio 1931-17 de Abril  2014).

                      Profesora Ana Mencía Botello Valdez Vda. Almánzar. 
                                    (9 de Julio 193117 de Abril 2014).



Independientemente de las formas generales o canónicas de «marcación y regulación» estudiadas por la antropología 
formas complejas y múltiples que articuladas por la Cultura comprendida como insoslayable Ordenamiento Simbólico en la especificidad diferencial de sus manifestaciones, concreciones y rasgos micro y macro-históricos, tienen por finalidad y meta, en el caso específico de los fenómenos del duelo, la codificación, orientación y facilitación de las experiencias universales de pérdida, separación, renuncia, muerte, reparación simbólica y sublimación libidinal, nadie que no sea el propio sujeto, soberano y singular en la dinámica pulsional y afectiva que se patentiza en sus particulares coyunturas y vicisitudes, puede determinar los aspectos concretos del ritmo subjetivo de su dolor, el atravesamiento de sus fantasmas, las transformaciones de su angustia, de su goce y de su humor, la modulación y duración de su duelo por un Gran Objeto de Amor perdido.

Del curso seguido por este proceso de redistribución libidinal o «psico-energética» 
con previa descatectización o retiro de la carga libidinal del objeto del duelo, de su plena realización o de su detención o fracaso, depende la naturaleza de la ulterior relación del sujeto con el gran Otro (la modificación, el retoque y/o la recaída de este último), su posicionamiento problemático, más o menos fértil, más o menos creativo, con respecto a su «propio» deseo y el de los demás sujetos del «socius» en tanto que «otros» de pleno derecho en la «intersubjetividad-intercorporalidad» que constituye la existencia en el mundo…

Este proceso de duelo, como todo acto auténtico de creación-destrucción-recreación del propio ser, bordea los abismos de la soledad radical, la locura y la muerte.

Como resultado de dicha singular experiencia de catástrofe, naufragio y posible retorno-renacimiento, en correspondencia siempre con cada posicionamiento subjetivo y cada historia única e irrepetible, se redefine para el sujeto el destino de sus pulsiones (de vida y de muerte), se reformulan las específicas modalizaciones de su amor, de su odio, de su destructividad, de su apego-desapego, de su horizonte de creatividad posible…

El duelo, como elaboración subjetiva de la pérdida de un objeto de amor en el sentido más fuerte y humano de los términos, puede engendrar monstruos, falsos dioses, zombis, errancias, esquirlas y despojos del sentido, simples homúnculos emprendedores y/o depredadores, sujetos aplastados por la sombra… o, por el contrario, puede permitir el advenimiento, en la clarividencia curativa del «futuro anterior», de seres tocados por la gracia y el genio ético del saber abrirse y elevarse, desde la asunción plena de su desasosiego absoluto y de su desamparo al confrontarse con la muerte del objeto amado —y por ende, con la posibilidad de «la propia» muerte inevitable—, a la irreductible (in)humanidad del otro, de todo otro, y a la genuina SOLIDARIDAD, LIBERTAD Y CREATIVIDAD POTENCIAL DEL SER HABLANTE.

Nuevamente, una vez más, (me) pido y (me) doy tiempo… Me concedo tiempo dentro de la urgencia. ¡(Me) exijo respeto por mi tiempo! 



ARMANDO ALMÁNZAR-BOTELLO.
Santo Domingo, República Dominicana.

¡Basta ya de demagogias!

jueves, 24 de abril de 2014

Es preciso recordar que Juan Bosch nunca creyó en el antitrujillismo “nacionalista” y “patriótico” de aquellos oportunistas “caballeros” dominicanos que, muerto Trujillo, se repartieron el Botín hablando en inglés, en italiano, en francés.... o en español “castizo”… pero siempre de espaldas al pueblo.


Por Armando Almánzar-Botello


El asunto es muy complejo, no se presenta en blanco y negro, a no ser para escolásticos y dogmáticos carentes de verdadero vuelo creativo. Seres simplemente librescos, beneficiarios de cierto "patriotismo" de pacotilla y supuestamente "dominicanistas", pero sin luz en el corazón y éticamente ciegos por el resentimiento beligerante, unilateral y cínico que los impulsa, pues no tocan con la misma frecuencia otros decisivos componentes del problema que tienen su origen en los ámbitos político-económicos locales e internacionales. 

Muchos de ellos se limitan al ataque despiadado y directo a los haitianos y mencionan muy pocas veces y sólo de refilón, quizá por miedo y oportunismo conservador, la gran co-responsabilidad en el problema migratorio y laboral que pesa sobre los hombros de ciertos sectores empresariales criollos y haitianos, y la insensata indolencia, en mayor o menor grado, de todos los Gobiernos dominicanos, al permitir el acceso no regulado de extranjeros a nuestro país con fines inescrupulosos y mercuriales, para beneficio de reducidos grupos hegemónicos y en perjuicio de la Nación Dominicana y del Género Humano. 

Otro aspecto casi siempre omitido en los análisis y petardos teóricos “nacionalistas”, pero también en los de ciertos “filántropos humanistas” ligados a varias ONG's, lo constituye la estrategia inhumana y retorcida de las Grandes Potencias, las cuales, encerradas en su “fortaleza ilustrada” y pese a su deseo de controlar el mundo en nombre de la Globalización, se hacen de la vista gorda frente a esta severa dificultad que aqueja a muchísimas naciones pobres del Planeta, no sólo a Dominicana y Haití, y nos acusan injustamente de racistas y anti-haitianos. 

Algunos descerebrados repetidores de lo dicho por otros, prácticamente preparan al pueblo dominicano para una confrontación civil a gran escala con el pueblo haitiano, sin detenerse a medir las consecuencias de su efervescencia patriotera y pueril. Una guerra entre ambas naciones no convendría a nadie. Ese tipo de propaganda es el efecto del resentimiento y de un mero impulso irracional de venganza que prestaría un muy flaco servicio a los intereses populares de ambas naciones. Esta campaña bélica prepara indirectamente el terreno para una segura intervención militar norteamericana en la Isla, con las consecuencias que todos conocemos: más control foráneo de nuestro territorio y más saqueos imperiales de nuestros recursos…. 

Por otra parte, debo decir que si alguien ha tomado partido consciente desde hace largos años en este problema dominico-haitiano, pero tratando de no caer en apasionamientos obtusos ni en posturas acríticas, personalistas ni pre-modernas (a mí nadie me paga por escribir ciertas cosas), ha sido quien suscribe esta breve nota. 

Cuando yo laboraba en el Centro Dominicano de Promoción de Exportaciones, CEDOPEX, hoy CEI-RD, fui miembro, en varias oportunidades, de equipos técnicos interinstitucionales conformados por economistas, sociólogos, agrónomos, biólogos, periodistas y especialistas en manejo sustentable de recursos, con los fines de promover la práctica de la agricultura orgánica en República Dominicana. El Instituto Agrario Dominicano, la Secretaría de Agricultura, el Instituto Dominicano de Investigaciones Agropecuarias y Forestales, la División de Agricultura del CODIA, la Junta Agroempresarial Dominicana, el Plan Sierra, etc. etc. fueron algunas de las innumerables instituciones públicas y privadas que ofrecieron a CEDOPEX su asesoramiento en el tema. 

Los equipos de trabajo estuvieron aconsejados por expertos y grandes conocedores de los diferentes aspectos económicos y ecológicos relacionados con las actividades productivas y exportadoras. Recibimos las orientaciones y recomendaciones técnicas de especialistas de la talla del Ing. Agron. ecuatoriano Manuel Suquilanda Valdivieso, una de las principales autoridades de América Latina en lo atinente a Manejo Sustentable de Recursos y Agricultura Orgánica, los doctores José Rafael Espaillat, Decano de la Facultad de Agronomía en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, UNPHU, Andrea Brechelt, Presidenta de la Fundación Agricultura y Medio Ambiente, FAMA, etc. 

Los mencionados módulos técnicos investigaron sobre la práctica de la Agricultura Orgánica en República Dominicana (tema al que dediqué varios números monográficos de la revista que yo dirigía en CEDOPEX: "El Exportador Dominicano") y pudieron comprobar, entre otras muchas cosas importantes y apoyándose en esas investigaciones de campo, que las cuotas laborales definidas por nuestras leyes y en las que se obliga a que un 80% de los trabajadores empleados por las empresas dominicanas esté constituido por nacionales y un 20% de ellos por extranjeros, se violaban de forma alarmante por los empresarios dominicanos, y aún más, se encontraban prácticamente invertidas en una gran cantidad de las empresas de producción agrícola y orgánica del país. 

Esta irregularidad, cometida por los empresarios dominicanos del agro, se pretendía y se pretende justificar aduciendo que la utilización de haitianos para las labores agrícolas permitía y permite a los “patronos” una significativa reducción en sus costos de producción y, por ende, una maximización de sus beneficios, aunque ello implique también una descarada violación de nuestras leyes y la monstruosa explotación de trabajadores haitianos que, por su mismo carácter de inmigrantes ilegales y por tener menores posibilidades de supervivencia que los dominicanos, ofrecían y ofrecen su mano de obra a precios significativamente más reducidos. 

Podemos ver que la irresponsabilidad del sector empresarial de marras no sólo se manifiesta en la industria de la construcción y en otros renglones de nuestra economía.

Denunciamos en aquella ocasión esa triste realidad por varios medios. Así lo estuvimos haciendo durante varios años y en múltiples contextos, sin dejar de señalar el gran maltrato a que eran sometidos estos inmigrantes ilegales (algo comprobado directamente por mí y los restantes investigadores). Sin embargo, nunca fuimos escuchados por las autoridades dominicanas correspondientes. 

Es preciso recordar que Juan Bosch nunca creyó en el antitrujillismo “nacionalista” y “patriótico” de aquellos oportunistas “caballeros” dominicanos que, muerto Trujillo, se repartieron el Botín hablando en inglés, en italiano, en francés.... o en español “castizo”… pero siempre de espaldas al pueblo.

Sigo creyendo que la mejor forma de plantear y abordar en la presente coyuntura las diferencias entre Haití y República Dominicana, la constituye el diálogo profundo y sostenido entre actores políticos efectiva y realmente representativos de los genuinos intereses mayoritarios de ambas naciones. ¡Basta ya de demagogias!


Armando Almánzar-Botello.
Santo Domingo, República Dominicana.

AGENCIAMIENTO DELEUZIANO

martes, 22 de abril de 2014

"El animal deviene otra cosa, no por filiación o genealogía sino por alianza, por transversalidad, por simbiosis. El perro doméstico padece una suerte de ‘nostalgia’ de lo humano. Es un animal ‘nostálgico de hombre’ que vive aquello que se ha denominado, metafóricamente: la melancolía extática de los perros." A. Almánzar-Botello.

Gilles Deleuze

Por Armando Almánzar-Botello 


Sabemos que para Gilles Deleuze, el Agenciamiento es una suerte de co-funcionamiento simpático de lo heterogéneo, de lo disímil, de lo dispar: una síntesis disyuntiva de lo múltiple.

Dicho Agenciamiento no es una coincidentia oppositorum: mera simplicidad puntual de una pura presencia domeñada, sofrenada, localizada. No es gélida distancia entre los opuestos ni proximidad fusional que los confundiría; ni lejanía ni tampoco identificación. Es más bien el descubrir, producir y operar en la dimensión generativa del "entre", en el plano atópico, "éxtimo", como dice Lacan, en el que se comunican lo interior y lo exterior, en el que un espacio potencial se constituye 
para un "Se" impersonal, pre-individual, en "hacer con", en "producir con", en "escribir con", en "devenir con"...

El Agenciamiento como simpatía, simbiosis y juego proliferante, guarda relación, tal vez, con el Tao, con el absorto punto inútil de la neutralidad impasible que abre las puertas de toda posibilidad, que inaugura la serie rizomática de los acontecimientos-sentidos cuya univocidad de ser escribimos como Acontecimiento.



© Armando Almánzar-Botello. 
Santo Domingo, República Dominicana.



DELEUZIANA II. Degas y la Potencia.


El significado profundo de la palabra POTENCIA (niveles de intensidad o grados de fuerza en la "univocidad del ser"), lo intuyó y plasmó en sus lienzos el gran pintor francés Edgar Degas.

En muchos de los maravillosos cuadros de su autoría 
bailarinas y gimnastas, poderosas y gráciles figuras vestidas o desnudas, se desgarran bellamente con un simple gesto los contornos, los confines y barandas de lo inmóvil. 

Si toda interpretación es "violencia sobre la obra estética", "mala-lectura" que nos aproxima a una cierta dimensión de la verdad latente que arrebatamos al objeto artístico en el acto de su desciframiento, observemos en una de las pinturas prodigiosas del gran Degas la cabeza turbulenta de un equino de carreras al galope. 

El ímpetu del caballo revela ecos, condensaciones y contrapuntos visuales perfectos en su indeterminación pictórica de fuerzas, entre un rizado, blanco y vertiginoso humo, configurado por aquello que parecería el resoplido vital y maquínico del animal galopando exuberante; la humareda producida por la quema de malezas previa a las labores de siembra, y el vapor de una locomotora que se insinúa, desplazándose al fondo del paisaje campestre, hiriendo el territorio plástico ardido por una inestable y vigorosa composición... 

En esta obra se perciben las líneas de ataque o de fuga en tensión con los límites, con los bordes “parergonales” de la pintura, con el remanso energético de la presencia, con el marco, estable, asegurador y cuestionado de lo posible, circunscrito en la zona derecha del cuadro al registro burgués de lo verosímil…

Y vale aquí la digresión aparente. Al margen de las semejanzas de morfología y especie, hombres como Shakespeare, Goethe, Nietzsche o el mismo Degas, en un juego de intensidades puras o de afectos spinozianos violentos, guardan literalmente mayor relación de agenciamiento, simbiosis y adyacencia con un caballo de carrera, con una veloz locomotora, con una vertiginosa bailarina que salta graciosa, con un cohete interestelar, con un tigre o con el ímpetu dionisíaco del viento entre las hojas, que con el tipo humano ordinario que carga sin garbo ni arte genuino, el peso banal y programático de su mero existir inconsciente, vocinglero, satisfecho.



Copyright 2008 © Armando Almánzar-Botello. 
Santo Domingo, República Dominicana. 

                                                       Edgar Degas. En las carreras. 1879.



BREVE NOTA SOBRE FRANCIS BACON Y EL EXPRESIONISMO

domingo, 20 de abril de 2014


"La mayoría de la gente no tiene instinto para la pintura que, después de todo, está muy relacionada con el artificio. Por regla general, a la gente hay que explicarle primero antes de que pueda ver algo. Y en especial a los críticos.Francis Bacon.

Existen críticos tan frígidos, despistados, burdos y estériles, que recuerdan más bien a un polvoriento escritorio viejo, fabricado para vomitar con discreción en sus gavetas, 
atiborradas de inepcias y neologismos presumidos, la pena que nos produce su falta real de pensamiento. ¡Nada tienen que ver estas mulas teoréticas con el ejercicio crítico auténtico, con las Venus de las Gavetas!Armando Almánzar-Botello.

Portrait of Henrietta Moraes, 1963. Por Francis Bacon

Por Armando Almánzar-Botello 



Es un lugar común y un error muy repetido el considerar a Francis Bacon, en sentido estricto, como un pintor expresionista. No lo es, aunque haya utilizado ciertos recursos propios de ese movimiento.

Si bien a Bacon podemos catalogarlo como exponente de una cierta “neo-figuración deformante” post-abstraccionista, de inmediato debemos aclarar que no toda deformación es de naturaleza histórico-expresionista y/o vanguardista.

La multiplicidad de recursos históricos, movimientos y tendencias conocidos y utilizados por Francis Bacon: arte griego y egipcio de la Antigüedad, acervo pictórico europeo clásico, impresionismo, cubismo, expresionismo, surrealismo, expresionismo abstracto y abstracción informalista, tachismo, arte pop, etc., hace bastante difícil la catalogación de su singularidad artística. 

Como Pablo Picasso, su inspirador y precursor, Bacon participa de una poderosa "imaginación histórica" muy afinada. Son constantes sus alusiones y referencias, más o menos veladas, al arte y a la vida de la tradición y de su propia época.

Críticos como Herbert Read incluyeron a Bacon en una línea excéntrica del arte inglés representada por figuras como el poeta William Blake en su rol de pintor y acuarelista. Además, el pensador y crítico británico sitúa a Bacon como heredero de cierto simbolismo representado por figuras como Böcklin. Por el carácter “espectral” del denominado período “malerich”, tenebrista y “neo-barroco-manierista” que caracteriza a la pintura de Bacon en los años 50, Read la vincula también con la obra de Füssli.

Algunos críticos han hablado de "racionalismo" pictórico, pero esa denominación también es falsa aplicada a Bacon.

El mito del Bacon "racionalista" lo creó Salvador Dalí para deslindarlo, por celos pueriles, del "método paranoico-crítico" que el gran genio español practicaba.

En visita realizada por Dalí a la gran exposición retrospectiva de Bacon en el Grand Palais de París, en 1971, el pintor español, siempre con la intención de afirmar su ego y su posición protagónica en todos los contextos y situaciones, acompañado provocativamente por unas hermosas muchachas semidesnudas, decía en voz alta, al pasar frente a los cuadros de Francis Bacon, y señalándolos con un bastón surrealísticamente despectivo: “Très, très raisonnable!” (¡Muy, muy razonable!)...

No obstante… Picasso es Picasso, Dalí es Dalí… y Bacon es Bacon.

Aunque Bacon reacciona en su momento contra el expresionismo abstracto norteamericano y europeo, no deja de utilizar ciertos recursos provenientes de este movimiento, pero subordinándolos a la presencia, como elemento clave en su obra, de la “figura humana en proceso”, concebida como "Cuerpo sin Órganos" (CsO), en el sentido que dan a esta expresión Antonin Artaud y Gilles Deleuze.

Bacon, muy irónicamente, consideraba como simples decoradores a pintores expresionistas abstractos norteamericanos como Mark Rothko y Jackson Pollock.

La estrategia pictórica baconiana implica una suerte de relectura, en clave neo-figural y postmoderna en sentido estricto, de la tradición plástica de Occidente, incluidas las vanguardias históricas. Bacon no es ni se consideró nunca un pintor simplemente vanguardista. Es el pintor de lo "figural".

Lo "figurativo" está ligado a la mera representación imitativo-ilusionista; lo "figural" (Lyotard), alude a un espacio problemático de mediación entre lo figurativo y lo abstracto, que participa de una productividad equivalente a la potencia de la huella y el trazo litoral, entendidos como a-significantes.

Lo figural es un espacio potencial donde, simultáneamente, lo figurativo se desterritorializa en lo abstracto, y lo abstracto insinúa un movimiento de reterritorialización en lo corporal figurativo. Espacio de tensión entre lo que Jacques-Alain Miller denomina “anamorfosis generalizada”, entendida como neutralización, disolución o castración de toda imagen del cuerpo, y una recuperación de la corporalidad metamórfica en su carácter gótico-inorgánico (Worringer, Artaud, Deleuze). En este metamorfismo se pone de manifiesto la dimensión del Cuerpo sin Órganos, comprendido como potencia transformativa de la carnalidad "bárbara" (Worringer) o diagrama de fuerzas y flujos determinante de una corporalidad intensiva, de un teatro de la crueldad en la inmanencia de la carne.


Neo-figuración figural: campo de indeterminación e incertidumbre de las formas plásticas abiertas y en flujo.


En el caso específico del pintor anglo-irlandés, observamos una “figuralidad” en la que predomina lo “carnal”, el flujo de lo “cárnico” mutante, deformado, constituyente, no clausurado todavía en “cuerpo” constituido.

Allí, los órganos se encuentran en relación de síntesis disyuntiva con respecto a ellos mismos (órganos indeterminados), y al entorno parergonal (Derrida) que sirve de armazón a las figuras.

La pintura de Francis Bacon, atravesada por el horror, la risa y el humor negro, encarna la posibilidad "est-ética" de un extraño, afirmativo y dialógico territorio plástico-pulsional que piensa con "perceptos y afectos" (Gilles Deleuze), los inicios de una nueva ecología o escenario de recambio intensivo entre lo humano y lo (in)humano.

© Armando Almánzar-Botello
Santo Domingo República Dominicana.

FRAGMENTOS DE UN BLOQUE...

lunes, 14 de abril de 2014

"El yo biográfico se ve imantado y modificado por el núcleo ardiente de la obra en curso (o ya articulada) en tanto que el sujeto de la escritura que de él se desprende para fundar el espacio virtual donde se despliega el texto, participa de una enunciación inconsciente y de la tensión contemplativa de una consciencia alterada que obligan a ese yo a reformular sus límites imaginarios, estrategias y protocolos mundanos…" Armando Almánzar-Botello. Escribir/Publicar.

Nicolás Kalmakov. Negra - 1929 ( Négresse )

Por Armando Almánzar-Botello


(...) —¡Que Dante Alighieri se compadezca de mí! ¡Sufriendo inexisto en el núcleo mismo del virtual Averno, aquí, en el Barrio Textual de los Sueños Caóticos! 

Aunque mis ojos y una parte de mi mente me induzcan a creer que estoy en la mansión de mi propiedad en Cité Soleil, la magnitud de mi angustia y la reverberación por todo mi cuerpo de una gran incertidumbre, me hacen poseer casi la certeza de que realmente ahora me encuentro pensando, gimiendo, escribiendo y penando en el Séptimo Círculo de un nuevo Infierno narrado. 

Presiento que mi franco espejismo imitativo-ilusionista ha sido condenado a consumirse, pavorosamente, en las llamas textuales de una prosodia ígnea, pulsional, circular y perpetua, y ello sólo por causa de mis pequeños caprichos, excentricidades eróticas y políticos desaciertos, cometidos con la batería semiótica de los significantes lingüísticos (...).

(...) Algo parecido a los párrafos precedentes atribuyó el Sujeto de la Escritura, en el comienzo de su otro texto, al actante TrujiJack el Destripador, mientras el villano-asesino constitucional, desplegando su rol de literato y realmente alojado y activo en un cierto cerebro-universo semiótico paralelo al Pueblo —y sin embargo peligrosamente oblicuo a la mirada interrogativa de los Neo-Personeros y Catedráticos-hermeneutas—, encontrábase confinado en el antiguo Palacio Nobiliario de San Cristóbal, completamente lúcido, sereno y rodeado de espejos, escribiendo una extraña fábula reclinado en su barroca, lujosa y reluciente cama colocada en el centro del enorme cuarto principal e iluminada en su cabecera por una lamparita de mesa de noche, diseñadas estas dos últimas con estilo biomórfico-posthumano y cibernético-rococó, respectivamente (...).

(...) Así las cosas, desde su cama en la pomposa y gigantesca estancia pintada de blanco, amoratado por un golpe de bastón el Ojo izquierdo, pudo TrujiJack por fin distinguir, mientras avanzaban lentamente desde la puerta del dormitorio hacia el lugar donde él se encontraba, primero a una mujer desnuda y muy alba, lujuriosamente montada —o más bien tumbada de espaldas con las piernas bien abiertas como en posición de parto— en un chirriante y enmohecido carrito de autoservicio empujado por un enano amarillo y desdentado.

En segundo lugar, la pareja de visitantes era seguida por tres bufones semidesnudos que se desplazaban sostenidos en equilibrio erguido caminando sólo con sus manos, y vestidos provisoriamente con sendos trajes de plástico negro en los cuales, al nivel conveniente, unas hendiduras dejaban ver los descomunales miembros erectos de los Graciosos, apuntando hacia el piso en un ángulo místico de cuarenta y cinco grados, y con sus tensos glandes reluciendo como limpias bombillas eléctricas en el aire del salón gimiente de fantasmas y deseo escritural.

—¡Revolución o Fusión! ¡Revolución o Fusión! ¡Revolución o Fusión! —vociferaba un gentío irredento cuyas voces y ruidosas operaciones en la calle podían escucharse a través de la ventana. ¡Y era la Revolución!

Encabezando la comitiva libertaria en el cuarto mismo del Destripador —como quien dice Mujer Desnuda Guiando al Pueblo—, era dueña la beldad Comisionada, la nívea Doncella del carrito chirriante, de la mirada más profunda, sublime, indescifrable y aleteante que ojos humanos hayan podido imaginar. Y, seráfico golpe claroscuro de la luz al fin allí en la sombra, ostentaba esa mujer la más amplia, espesa y seductora de las manchas, como un delicioso y selvático enjambre de hormigas negras y carnívoras.

¡Revolución o Fusión! ¡Revolución o Fusión! ¡Revolución o Fusión! ¡Y era la Revolución!

Latía, esa inmensa y oscura mancha —semejante a un formidable sol negro palpitando en el espacio cósmico y femenino de un cuerpo tántrico-católico-vudú—, de un modo sorprendentemente lúcido, velludo y desconsiderado; parecía más bien un gigantesco y divino paraguas negro abierto sobre un abismo presentido y deslumbrante, patibulario a su vez por comisión u omisión. TrujiJack sudó copiosamente.

—¡He aquí el tesoro azabache de los significantes, la sede del código estallado y la ruina de todo nacionalismo ontológico! —dijo una mestiza y poderosa voz andrógina, híbrida, resonante pero pausada, que parecía proceder de la zona cenital del cuarto donde culebreaban todavía, enredados en los brazos de las lámparas casi muertas, los despojos y retazos de tiniebla que acompañaban siempre a los estrambóticos candiles barrocos de luz tenue, que pendían del techo de la recámara secreta iluminada ahora, principalmente, por un viejo sol frío y marchito que penetraba por los desnudos ventanales del recinto (...).

De repente, comenzó a resonar la metralleta: Muchos políticos, comerciantes, jueces, obispos y simples ciudadanos de todos los bandos, huían fuera de la Ciudad, entre el humo y el fulgor de las granadas. En mitad de las calles, los soldados enfrentados realizaban lúdicos derramamientos de sangre y perversas orgías que recordaban el Jardín de las Delicias y el Infierno Musical de El Bosco. Todos justificaban sus acciones violentas aduciendo pasadas ofensas y supuestos maltratos cometidos en su contra por las víctimas actuales.

¡Y era la Revolución!

Mientras tanto, algunos pequeños hijos de los soldados que formaban dichos ejércitos enemigos, vulnerables retoños prodigiosamente indemnes bajo el fuego de las bombas y confundidos en una asombrosa fraternidad infantil ajena del todo al virulento combate, levantaban muy alto, muy alto, banderas extrañas que no se correspondían con ninguna de las naciones en conflicto.

—¡Mamita llegó el Big Brother, llegó el Big Brother del Norte!

—Ajeno a la política situacional y al peligro de los carnales desbordamientos, él se deja llevar sencillamente por la deriva semántica, por el furor pulsional de los vocablos —dijo uno de los bifrontes Catedráticos-hermeneutas—. Pero vosotros, ávidos lectores postmodernos, queréis una historia verosímil, apropiadamente construida, con peripecias bien urdidas que prueben el valor “trascendente” del neorrealismo sucio pero insulso, la calidad autorial —cuasi místico-visionaria en el trabajo de planificación y orientación de la obra—, del supuesto narrador de agujeros y desastres ontológicos…

No obstante, aunque nos encontremos en el Tercer Mundo 
no popperiano por cierto y con grandes limitaciones diegéticas, es menester decir ahora (ahora: jetzt: Hegel) que no sólo de tramas y pirotecnias representativas vive el hombre, sino de toda palabra sonámbula que dice que sabe, sin saber que la sabe, la verdad metonímica de que nada está nunca totalmente presente y sabido (ahora) en la inabordable productividad translingüística y su construcción en abismo: dispositivos generadores de realidad. 

Y ello es así, pese a la voz del Gran Cíclope y su metarrelato de grado cero, que mentidamente decreta el fin de los metarrelatos bifocales (...).

(...) Horrible y ubicua la Mirada del Escriba…

—Cuando articula su discurso narrativo, un alguien innombrable busca la deriva, la fuga, la retracción, el flujo, el reflujo, la pérdida, el todo que se escapa imantado por la huida del fragmento: el Texto como Infinitud Potencial o Deus Absconditus Multicéntrico… ¡No pretendas comprar las líneas de fuga en un supermercado! (...).

(...) Luego TrujiJack, el renombrado criminal-homicida, vio aparecer, entre humo espeso y sonido de saxofones, al Minotauro Caribeño de las Copulaciones Efímeras, y gozó inmediatamente —ya sollozando y envuelto con la gran Sábana de la Aflicción en aquella madrugada terrible, manchada de tinta, semen y sangre—, de una torva serenata-aguinaldo concebida y cantada por cautelosos detectives y fiscales calvos, melancólicos soldados con vendas ensangrentadas e inoportunos acreedores de otros reinos narrativos plagiados por el Tigre.

Se aproximaban al lecho del Destripador vociferantes predicadores pentecostales con sus cachondas Biblias negras —cada Evangelio en cuestión, astutamente marcado con lujosos y novísimos festones de madrás—; perspicaces y ceñudos actores de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), de Scotland Yard y del trujillista Servicio de Inteligencia Militar (SIM); comisiones oficiales de políticos, comerciantes, jueces, ladrones, militares y asesinos; cortejos de colonialistas anticolonialistas, poetas, intelectuales, parásitos contemplativos, maniáticos resentidos carentes de talento y séquitos formados por defensores de los Derechos Torcidos…

Finalmente, hicieron su bulliciosa aparición las infames o cándidas comadronas despechadas procedentes de las populosas barriadas de San Lorenzo de Los Mina, Pequeño Haití, Guachupita, Pétion-Ville, Gazcue, Cité Soleil, Ensanche Naco, Arroyo Hondo y Gualey, suburbios ubicados en el viejo y perseverante Santo Domingo Cosmológico del Siglo XXII.

Todos los miembros de esta grotesca y grandiosa multitud, empujándose violentamente unos a otros, trataban de introducirse de forma simultánea en la habitación lujosa del viejo TrujiJack. El gentío rompía las puertas y ventanas. El humo por las calles desgarraba los confines, y la indolencia de un ruido de motores arañaba la frente de la ciudad perdida.

En el abarrotado cuarto de TrujiJack, el orfeón de aquellos cuerpos —muchos de ellos tocados únicamente con extraños sombreros de copa alta, y en lo demás completamente desnudos; globosos algunos, cadavéricos y fosforescentes los otros—, cantó con gran desenfado y feroz estilo heterofónico, al ritmo frenético de sus cornetas y tambores copulantes, mientras los miembros de la gran comparsa manifestaban grotescos arrebatos de lujuria popular carnavalesca y globalizada, apostados ya de un modo amenazador en torno a la gran cama de caoba con dosel donde dormía y ahora de nuevo despertaba —sorprendido, narrado y aterrorizado—, el pobre y mitológico Padre Destripador.

La muchedumbre cantaba: —¡Mataron al Chivo! ¡Cayó Duvalier! ¡Me llama el Big Brother! ¡Yo fui un Calié!

Eterno es el Retorno de los Espectros...

Y entonces, voces violentas indecisas frente a las Metrópolis levantaron decibeles contra la verdad de la Condena. ¡Emigraron muchedumbres en rotonda! ¡De sur a sur, de sur a norte, de norte a sur, de sur a norte, de este a oeste, de oeste a este, de sur a norte, de este a sur, de este a este, de norte a norte, de sur a norte, de sur a norte, de sur a norte, de sur a norte, de oeste a oeste, de sur a oeste, de oeste a sur, de sur a este, de sur a norte, de sureste a noreste, de noroeste a suroeste, de suroeste a noreste, de suroeste a oeste, de este a nordeste, de sureste a oeste, etc. etc. etc., como diría el gran Samuel. 

¡Movimiento browniano de los flujos migratorios!

De pronto, TrujiJack el Destripador, convulsionando en un trance de fuego aglutinante, fue de nuevo la Doncella del Sacrificio, y el Minotauro, finalmente, con dulzura resopló en la rosada caracola ya desierta (...).



FRAGMENTOS DE:

El delirio de Jack el DestripadorManual en Clave de Historia Patria Globalizada, todavía escrito con el Método Freudiano de la Asociación Libre. (Poema en prosa patafísica).

A: Dante Alighieri, Miguel de Cervantes Saavedra, Manuel del Cabral, François Rabelais, Jacques Roumain, Franz Kafka, James Joyce, Antonin Artaud, Herman Melville, André Breton, Tomás Hernández Franco, Georges Bataille, Alejo Carpentier, Jorge Luis Borges, Raymond Chandler, Pierre Klossowski, José Lezama Lima, Samuel Beckett, Severo Sarduy, Jean Genet, Julio Cortázar, Pedro Francisco Bonó, Italo Calvino, Eugène Ionesco, William S. Burroughs, Francisco Angulo Guridi, Tristan Tzara, Ramón Lacay Polanco, William Faulkner, Aída Cartagena Portalatín, Aimé Césaire, Derek Walcott, Fernando Arrabal, Henri Michaux, Francisco Nolasco Cordero, Wole Soyinka, Norman Mailer, Lewis Carroll, Alfred Jarry, Arturo Rodríguez Fernández... In memoriam.

A: Marcio Veloz-Maggiolo, Thomas Pynchon, Iván García Guerra, Gabriel García Márquez, Umberto Eco, Giovanni Cruz, Paul Auster, Cayo Claudio Espinal, Rey Andújar, Pedro Antonio Valdez, Armando Almánzar Rodríguez, Diógenes Valdez, Mario Vargas Llosa, Pedro Granados, Pastor de Moya, Manuel Mora Serrano, Toni Morrison, Pedro Vergés, Don DeLillo, Pedro Peix, Manuel Matos Moquete, Roberto Marcallé Abreu, Efraim Castillo, Junot Díaz, Alejandro Jodorowsky...

Tomado del libro de relatos “¿Quiénes escribieron las historias?” (2009-2012) © Armando Almánzar-Botello, 2012. Santo Domingo. República Dominicana.




© Armando Almánzar-Botello.
Santo Domingo. República Dominicana.

Desnuda Salomé o el retorno de lo reprimido.

domingo, 13 de abril de 2014

"Esa violencia femenina, generada históricamente por la represión falocrática de la feminidad y por la marginación de que ha sido objeto la mujer, retorna entonces como passage a l' acte (paso al acto: Freud, Lacan) de naturaleza asesina. Con esta afirmación, insistimos, no dejamos de reconocer que la mayor dosis de violencia se produce contra la mujer y la ejerce el hombre." A. Almánzar-Botello. "Salomé: Las violencias, los crímenes, las inhumanidades..."

                                                                               

 Por Armando Almánzar-Botello

"Dios ha muerto."
  Friedrich Nietzsche

"Hácese añicos el mundo en estado de sitio… "  
  David Huerta.

"La policía llega al alba
 como llegan la muerte y el nacer." 
  Adrienne Rich



Después de mi baile torcido y el humo pestilente de abismo ya conocido en espejo tu ser, en las luces rotas del caleidoscopio, señalado fuiste por vocación oscura de mi Otra sin nombre.

Varón-cuerpo elegido al fin destinado por la Cosa indecible a los maquinales garfios de la carnicería ciega. 

Tú caerías bajo el brillo animal filoso, cruel, deslumbrante, que araña y muerde al ser hasta descuartizarlo, y despedaza los cuerpos con los tajos violentos de afiladas joyas desnudas, con los cortes fatales del vacío inviolado.

Simulabas olvido: la remota violencia... Mas yo conocía tu fluir de tigre... La Otra codiciaba tu fulgor de enigma.

Salimos muy juntos de la discoteca triste, que siguió despierta oficiando en el humo sus misterios vanos. En el soplo ardiente de la noche turbia tomamos un taxi como quien aborda la barca de Caronte.

En espejo convexo 
roto azogue loco, vislumbraba yo las calles taciturnas, las esquinas oscuras en la ciudad inmensa, el hueco de los hombres, los dientes podridos de las estatuas públicas, los semáforos bizcos de mirada torva… el poder y la gloria junto al dolor sin nombre.

Y el taxi corría por calles oscuras mientras yo me preguntaba: ¿Dónde vibra esta noche su poema inaudito? ¿Dónde grita en olvido su desaforada sangre? ¿Es diagrama inevitable la escritura nítida, maquínica, perversa, carpintería pérfida meramente lúdica, economía cínica de acero burilado, pulido, profano, a veces medrosa, ocurrente o barroca, mas vacía toda de grandeza inmanente?… ¿Escribiré la historia?...

Pensaba en la grandeza inmanente de la hierba y en la red capilar de sinsentido que vuelve 
neutro en su temblor bajo el arco de lo eterno, a crear en la aurora de la página en blanco los dioses los hombres y las bestias del instante... ¿Escribiré la historia?...

Y la memoria fría de la rutina insomne se detuvo al frente de mi edificio absorto. Tú pagaste el taxi… Pausadamente subimos la escalera... 

Caballero pulcro, como siempre noble, gentil y delicado valores todos pasados de moda, presentes tan sólo en el viejo cine negro, muy en tu papel preguntaste a mis ojos para besar mi pelo, exploraste mi seno para palpar mi hambre... Con un dedo suave intentabas leer el temblor de mis labios. ¡Todo un Braille del miedo!... Al llegar a mi piso abrí yo la puerta.

Ahora te desnudas aquí en mi apartamento. Estamos en mi cuarto: penumbra familiar de mis fantasmas torvos... 

La bombilla de la sala con su turbia luz de sangre, a través de la cortina que compré hace un mes en Macy’s, dibuja extraños signos en tu inocente espalda ¡Oh ángeles azules!...

Deliro al decidirlo… Mas debo al fin decirlo: sigilosa 
deslizo el ambiguo narcótico en el rojo vino espeso. Ahora mi odio, mi culpa y mi goce en desleimiento irredimible, ardiente, se mezclan con violencia de materia ciega en pánico sin fondo. Espero tan sólo en silencio el instante...

Desnudo mi pudor en la promiscuidad secreta. Doy al fin por teléfono la terrible clave justa... Y en pocos minutos, con filosos machetes, con frías metralletas, llegan, 
¡irrumpen!, mis amigos de la Logia para iniciar el rito… ¡La carnicería retorna!... ¿Escribiré la historia?... ¡Ahora el primer golpe! 

Un temblor inhumano ya sin fin te desangra en estertores lúcidos. Y gime su carne de crudo animal tu ser desollado. Tu prosodia escupida sin decir su misterio. Tu indescifrada sangre...

Cuerpo sin nombre golpeado hasta el hueso por la escritura oblicua del resentimiento…¡Cuchillo!: esquirla furiosa de vacío cortante...

¡Y ahora yo soy! ¡Soy la que Soy! Habla en mí la mixta: !Kali-Salomé-Némesis-Lilith-Okute Yemayá!

(Revisan mis demonios tus bolsillos húmedos y no encuentran nada…Bueno, casi nada, tan sólo este relato visionario y manuscrito ahogado en tu sangre...)

En aquel vago anhelo tú fuiste en mis días un Dragón alado. Regías el mundo de mis animales limpios, mi temblor secreto de hojas espesas, la caligrafía torpe de unas manos blancas… Cubrías con tu aliento el pudor de mis cristales, pulía tu mirada mis inhóspitos espejos, mi selva desnuda sólo tú explorabas, y abriéndole su encierro a la escritura con sus pájaros, lamías mi canto más oscuro en el silencio... 

Sin embargo, aquellas manos mías hoy blanden siniestras 
a través de otras manos contra tu garganta puraviolentos cuchillos de filosa lumbre... ¿Escribiré la historia?... 

Te destrozo ahora el rostro para olvidar tu nombre. En la hortera de sombras recibo intemperante la cabeza del dolor altivo y roto. Mis dedos se pierden, caminantes locos, por tu mullida barba y su esplendor sangriento… Mi delirio fosforesce... Mojados de misterio mis dedos me recorren...

Testimonio doy de tu caída neutra en el maquinal abismo ¡Ahora! Inclemente mi goce oscuro de cyborg, de perra, de diosa, de anhelante pantera... ¡Y arde Otra simplemente y gruñe hondo su misterio, alucina carne ardiendo y en la danza escupe letras!

Soy jovial y terrible carnicera que finge cautelosa en la noche un rostro verdadero maquillaje cifrado de animales divinos, futuristas, inéditos... Y voy siendo en la escritura el animal inabordable, la mujer molecular, absoluta, (in)visible...

Y muerdo el Gran Secreto, respiro en la floresta, defiendo tras la máscara el azar y la escritura, el sueño con el ávido fluir de sus panteras...  ¿Todo ha sido culpa de Dios y los Varones?... 

¿Tan sólo por amor se levantó mi odio en río turbulento de semblantes por el cielo?...

Y la navaja con su brillo sin sentido aquí en mis ojos  —¡oh semántica centella parricida!—, refleja la convulsa noticia del silencio:

Tu muerte más alta y luminosa en los vitrales. Tu sangre más rotunda en mi bandeja, como un río. Una nueva cabeza para mi tocador de espanto.

¿Quién descifrará la nueva muerte de los dioses? ¿Aguarda sólo la trompeta el cuerpo escrito del desastre?

¡Oh fluir perseverante del momento 
en el asombro de un pórtico y sus pájaros!  

Aletazos caligráficos del alba...




Réplica de este poema "Desnuda Salomé o el retorno de lo reprimido", en el Blog Cazador de Agua:
http://tambordegriot.blogspot.com/2013/07/desnuda-salome-o-el-retorno-de-lo.html

© Armando Almánzar Botello

16 de Agosto de 2010
Santo Domingo, República Dominicana

La Caída

viernes, 11 de abril de 2014


Texto Neo-testimonial 

"Se requiere una suerte de contra-efectuación y objetivación de los fantasmas y accidentes que constituyen la formalidad primaria del yo empírico-biográfico, para desprender (polarizando esos elementos, interpretándolos y seleccionándolos) lo que Gilles Deleuze denomina la cuasi-causalidad de la obra como cuerpo erógeno y forma-sentido." A. Almánzar-Botello.

                                                                                                                                                                      Obra pictórica de Ramón Oviedo


Por Armando Almánzar-Botello

La magulladura proteiforme que se me presenta como efecto de la caída que sufrí en mi casa la pasada Semana Santa, se ha tornado en mi muslo izquierdo de un color morado-sanguinolento y se extiende sigilosamente hacia la región del pubis.

Se aprecia, por debajo de la vellosidad púb(l)ica, un tremendo y obsceno moretón —de estructura irregular muy curiosa, oscura como el sacro vino tinto— que me llega, sinuoso, hasta la secreta pulsación de la ingle. Su contorno figura el litoral de una costa como lo analiza Benoît Mandelbrot en su Teoría de Fractales.

Aparece, ahora, sorpresivamente, una maravillosa y surrealista confección carnal o novísimo diseño plástico en el pubis. Mi cuerpo intensivo palpita en proceso... 

Junto con los trazos de improviso polícromos en el dolorido muslo contuso, estos cambiantes diagramas abstractos ofrecerían, a la minuciosa inspección estética de un Max Bense, el coeficiente de tensión angular que implacable sugiere (para el ojo sensible del artista, por supuesto), el esplendor de los cuadros siempre actuales de Arshile Gorky, Jackson Pollock y Willem de Kooning.

Las manchas iridiscentes en la cara interna de la pierna y la fina red de vasos capilares desgarrados, evocan los gestos brutales de un demiurgo con espátula y punzón, que despliega rabioso el color y una extraña caligrafía terrible.

Pero hasta en ocasiones como ésta el cuerpo asume imprevistos gradientes de cierto nacionalismo patriótico. Y de modo solapado, como quien no quiere la cosa, la severa contusión y sus efectos figurales, que me hablaban en principio de un mundo pictórico expresionista-abstracto newyorkino (o figurativo-deformante a lo Francis Bacon), se re-territorializan o repliegan (no sé, en honor a la verdad, si de forma perversa o sincero-ingenuista), en una estructura plástica que exhibe ostensiblemente la sangre producida por el golpe inclemente que recibí, de un modo que sin lugar a dudas recuerda el estilo de algunos cuadros de nuestro querido maestro el gran pintor Ramón Oviedo.

¡Los mismos estallidos cromáticos y lineales sabiamente dosificados por la sensibilidad de un artista que sabe lo que quiere cuando está situado frente al lienzo! Claro, en él es palpable la influencia de Bacon, aunque nuestro admirado maestro —al igual que otro gran artista dominicano, Eligio Pichardo—, no lo reconozca así. Cartografía pictórica de cuerpos ignotos.

En este interesante caso de mi accidente, resbalón o caída 'desde mis propios pies', la tela viva, palpitante, dolorida, ha sido mi piel en convulsión estético-traumática. Mi secreto esqueleto estremecido sería el caballete y el marco o parergon. El Artista podría ser Dios, mi Mujer, el Agua derramada en el piso, el Golpe, o el Azar... ¿O quizá yo mismo, por distraído y torpe, pero me da vergüenza reconocerlo? No obstante se requiere, para producir la obra, de una voluntad formal que oriente y seleccione los acontecimientos...

Son tan inesperados los medios y concepciones de la obra de arte. Ahí encontramos el body art, la action painting y el performance para demostrarlo. Y todavía más: el de-construccionismo corporal y metamórfico del arte cárnico al modo de Orlan. Sin embargo, no pienso bajo ningún concepto que la sintaxis del cuerpo humano esté obsoleta, como creía fervorosamente un venerable cyborg, aquel anciano genial llamado Stelarc, cultor del arte robótico y protésico. ¡En fin!

Además, siento con gran intensidad, después del severo golpe creador, que casi me estoy derritiendo por la cadera izquierda. Experimento mi cinturón pélvico como si fuera un armazón de platino que estuviera sometido a muy altas temperaturas en hornos industriales de fundición de metales. Es como si unas vibraciones profundas de mi carne me llamaran con extrema intensidad y urgencia desde aquella zona de mi atónito esqueleto, para que el núcleo de mi ser ocupe otro lugar en un nuevo esquema corporal que no logra definirse ni organizarse y que mi raciocinio a duras penas alcanza a vislumbrar.

No hay programa previo de industrialización del sector metalmecánica en la carne; tampoco del sector agropecuario. ¡Ni soñar con una cirugía justa y digna! Tan sólo impera el simulacro de lo virtual canalla. La Pandilla.... ¡Buenos días Esperanza!... El cuerpo no encuentra en su agonía el alfabeto. Aunque siente seres humanos, metales, plantas y animales doloridamente bullendo por sus órganos. 

La Zona Cero de mi cuerpo, vertedero de Cancino Adentro, la tengo sumergida en pleno caos. Me fugo casi por ahí sin darme cuenta. ¡Vivo sin vivir en mí, y tan alta vida espero en Nueva York!... Chirridos, amores y gruñidos por allá, pero sin planificación ni previsión alguna...

Me habla en la zona dolorida de mi cuerpo un rítmico batir de alas o de olas. Extrañas máquinas también parlotean en mi cinturón sacro-coxígeo... Recuerdo, sin quererlo, cuando me late el golpe con sus vocecitas filosas y dentadas -y entonces me desgarran el dolor y la risa- a Lautréamont, a Jarry, a Michaux, al sufrido Artaud, al cuerpo meteórico de Tournier, a  Bousquet y su herida, a Raymond Roussel, a David Lynch, a Luis Alfredo Torres, a Manuel del Cabral, a Charlie Parker, a David Cronenberg, a Ramón Lacay Polanco... ¡Jo!

Por una leve conmoción cerebral casi me olvido de mencionar a Kafka y su mecanismo penitenciario, a los huevos indecibles de Carroll, Ionesco y Beckett, a la íntima esquizia de Cortázar (Teseo-Laberinto-Minotauro en las rayuelas), a la caída sin Ariadna de Cioran en los relojes, a mi César Vallejo           llorando, riendo y cantando en un baile de putas con Pedro Granados...

Pero no importa, amigo lector. Tal parece que la región encefálica de mi sistema biológico también ha sido afectada por el desgonce brutal de mi caída.

La aspirina que consumo por motivos cardiovasculares, me produjo la fragilidad capilar excesiva generadora o responsable del sangrado interno que ahora parece estar floreciendo en la tensa superficie de mi piel. Semeja en su ritmo un vivo tatuaje. Esto hace que yo luzca —como he dicho—, amoratado, parecido en el color a la entrañable fruta del caimito. Tengo en la pierna el furor tropical de un mar envinado y borracho. Mi cuerpo recuerda un mixto fotográfico entre Polibio Díaz, Hans Bellmer y Cindy Sherman.

No tengo más remedio que tomarlo con paciencia y humor. Debo anotar todos los detalles de este viaje intensivo hacia los abismos de la carne. Hacia el mundo. ¿Hacia otros mundos?...

Sospecho que hallé curiosamente mi Camino de Damasco, la impredecible senda mística y fantástica. El accidente casero de mi desliz en Semana Santa, ocurrió el día previo a la Resurrección de nuestro Señor... Desgarradura del músculo aductor mayor de la pierna izquierda: ¡Puerta del milagro!

Pienso en ocasiones que ahora Dios me habla a través de las mutaciones de mi cuerpo. Ya lo decía el poeta Valéry: no hay nada más profundo que la piel.

Con la caída tremenda y después de la magulladura, mi ser yo entiendo que Dios ha transformado. Inscribe en mi carne con su letra cursiva el más puro dibujo que descubro perfecto. La huella de su mano brilla en mi epidermis una extraña belleza imprevista. Amarillos volátiles, rojos convulsos, verdes y azules aleteando en texturas y calambres, finos ritos de la sangre, intensidades puras, extraños laberintos por los que viaja la mente. Manchas en mi muslo después de la caída: ¡Obras de arte místico para la posteridad!

De modo inusual un Dios pintor escribe. Se ríe conmigo y me cura con arte.

Pero en otros momentos de humor desfalleciente, o de una lucidez quizá menos intensa, pienso que mi caída fue un puro accidente, que ofrece el testimonio de una verdad (b)anal: aquello que nombramos en la casa como "adentro", es el simple y provisorio repliegue apaciguado del Afuera inconcebible y turbulento...



© Armando Almánzar Botello
Santo Domingo R.D.,  Abril de 2010

Metamorfosis con lo nimio...

domingo, 30 de marzo de 2014


ONTOLOGÍA DIMINUTA DE LO ADYACENTE


«La existencia no es algo que se deja pensar de lejos: es preciso que nos invada bruscamente». Jean-Paul Sartre.

«¿No sería “la náusea sartreana” el reverso del satori Zen, una suerte de iluminación inversa?». Armando Almánzar-Botello.



Por Armando Almánzar-Botello.


Solitario y sentado ante la mesita de noche, intento esculpir lo indecible que aúlla en mi cuarto silencioso. Es casi la madrugada de un día que desconozco. Algo negro me impide moverme del lugar en que ahora me encuentro. ¿Será el peso agobiante de la nada, las letras turbias de lo inconcebible, la tinta oscura y lúcida que mana del insomnio?

Pero aun así deseo a la criatura monstruosa, el ayuntamiento erótico intenso, innombrable. A diferencia de otros héroes, yo anhelo aquí en lo atroz la comunión de soplos.

Quizá viendo el mundo a través de unos bárbaros ojos no descritos todavía, y palpando lo real por las manos milagrosas de la bestia polimórfica, los signos y los seres lánguidos y fríos no me sean —de un modo tan extraño y nauseabundo—, inoportunos, gratuitos y fugaces.

Me parece voy dejando jirones de mi vida en cada necia cosa que yo palpo, en cada persona insulsa que me aborda por las calles, los teléfonos, las cartas. Me aniquila, sin clemencia, el mirarme sin luz en los espejos colectivos del desastre, paladear cada momento intrascendente que reclama mi cuidado y que me absorbe, como el falso titular de algún periódico y su estúpida lectura en apariencia inaplazable: rotas letras de un poema destruido que sólo dice nada, nada, nada…

Persigo transmutar, con un párrafo brutal de vida intensa 
—íntimo, feroz, alegre, gozoso y entusiasta—, la prosa sin substancia que circula por los cuerpos, por la carne del mundo taciturno; la triste polvareda del absurdo indigente que me envuelve.

¡Busco monstruos!

Quisiera sentir ahora lo imposible potencial bramando su misterio entre mis manos; abrigar su palpitante concreción de indiferencia; lamerle los contornos a la vulva indescifrable de la nada o al abismo que sostiene la danza sobre el orbe de las férvidas presencias de lo ignoto.
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Vuelve lentamente la hormiguita. Había desaparecido por un momento entre los libros y papeles de mi pequeño escritorio. Ahora camina justamente por el borde mismo de mi antebrazo izquierdo. Haciendo pequeños zigzags, como un diminuto Hamlet que dudara del mundo, se detiene, agitando sus minúsculas antenas, cerca de mi mano que reposa inerte sobre la superficie de la mesita de noche. Interrumpo la escritura y la miro con cierta displicente curiosidad; ella también parece mirarme y estudiarme… Un ligero parpadeo, y el bicho se escapa presuroso entre los folios.………………………………………………………………………………………………………………………………................................................................................................................................
En este momento, amiga tenebrosa, tú eres la distancia, la insalvable distancia del monstruo y el rumor de lo tremendo…     
¡Y yo que intento renovar contigo la naturaleza profunda de mis contactos!

La noche está junto a mí; su baba oscura me rodea por los cuatro costados del insomnio. La noche me clausura con sus miles de ojos y bocas balbucientes. La noche me valora como ente… ¡Soy la noche y su escritura de sombras! Ella me agobia tornando conciente mi peso de angustia. En otras ocasiones, me roba cautelosa el ser y la substancia, y soy así, entonces, la hoja vacía bajo el candil impávido de nadie.

A ratos, la noche me parece tan tierna y sugestiva… tan llena de presencias misteriosas y audibles… pero finalmente retorna con gran vigor el asco… la única potencia que en esos momentos parece ocupar mi cuerpo y la totalidad de mi mente. ¡El asco!

Y entonces, odio la noche con todas mis fuerzas, y aún más cuando me percato de que ella es el fin de otro día y el preludio de un nuevo amanecer, de una alborada que a su vez llegará simplemente para dar lugar a un nuevo atardecer seguido de otra noche… Y yo seré un ojo abierto en ese nuevo amanecer y en esa nueva noche; una oscuridad que dará paso a un nuevo día y a otro nuevo anochecer, hasta que llegue al fin el momento de la definitiva negrura: ¡la de siempre!

Y tú, innombrable criatura, dueles ahora tu verdad espantosa en la distancia… Y sin embargo, prosigues siendo lo recóndito que fluye amargamente por mi carne, tan próximo a mi ser a pesar del gran mutismo de las cosas y del cosmos, cuando bocas taciturnas, derramadas, no dicen a tiempo la palabra justa. ¿Eres acaso la potencia del espacio que congrega y reconcilia en el dolor con su silencio?...
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Vuelve nuevamente la pequeña hormiga. Esta vez, pienso aplastarla sin miramiento alguno. La imagino completa y minúsculamente despanzurrada y yerta sobre la mesita-escritorio y su manchado tapete verde o sobre la punta de mi dedo índice derecho.

Veo al insignificante insecto afanarse una vez más por la superficie de mi mesa, con movimientos breves, polidireccionales e impredecibles, tal como si trazara una escritura generosa y salvífica, un inaplazable sermón de lo vibrante y epiceno. Agita sus pequeños tentáculos como si quisiera decirme, con una gran urgencia, algo neto y trascendente.

Experimento de súbito el impulso de acercarme indiscreto al pequeño animalejo y contemplarlo cuidadosamente. Abro un cajón del escritorio y tomo de él una vieja pero poderosa lupa que me regaló el azar de los misteriosos mercados de baratijas de la Avenida Duarte.

Con la respiración suspendida me acerco, lente de aumento en ristre, al diminuto animal.

¡Ahora miro acrecentada su compleja, maravillosa y delicada arquitectura, y casi lanzo un grito de asombro y maravillado terror en la noche!

Creo saber el porqué cuando justo en este instante viene a mi conciencia un breve y antiguo poema del japonés Kobayashi Issa: 

Para el mosquito / también la noche es larga, / larga y sola”.

¡Y pensar que la vida tiene formas todavía más pequeñas; que también lo que llamamos inorgánico está vivo de otro modo trepidante y misterioso…!

Me sorprende algo así como la descarga dorada de un rayo inescrutable.

Observo el pequeño corpúsculo móvil de vida nerviosa con patas, pelos y antenas —que por supuesto no es un mosquito sino la hormiga ordinaria de siempre—, y siento con gran humildad, hasta mi oscuro fondo encendido lo siento, que una olvidada cosa inconcebible, ardua y asombrosa en su latir profundo, retorna invulnerable, con lentitud y firmeza, desde su lugar paradójico, secreto y eterno…

En este mismo instante, alguien o algo llama con sigilo a mi puerta…




1973-1983

Réplica de "Metamorfosis con lo nimio..." en el Blog Cazador de Agua:
http://cazadordeagua.blogspot.com/2014/03/metamorfosis-con-lo-nimio.html


© Armando Almánzar-Botello.
Santo Domingo, República Dominicana.