"La jungla". Wifredo Lam
Por Armando Almánzar Botello
Él quería oler tu nombre hasta salirse de las filas.
Deseaba desgarrarte y que tu hambre sin medida lo escribiera lentamente,
ondulando en la humareda y la vigilia
de tus cobras...
Penetraba en lo tremendo de tu sombra,
y rabiosa lo envolvías,
y lo hacías de un modo anacóndico, ameboide,
pero cierto en el asombro...
pero cierto en el asombro...
Ofrecíate su alma de alfabeto enardecido,
su botella salvífica supra-sideral y mística:
la que encierra en la evidencia
de un soplo y su misterio,
al barco velero,
al árbol sefirótico:
¡Potente infinitud de Universos!...
Anhelaba él besar con devoción tu rosa negra,
y lamerle su pistilo con su estilo y con su estigma,
y que fueras tú para él su benjamín,
su caracol,
su espiral,
su coliflor,
su gran jardín,
su muchachito…
De tus recónditos humores él bebía
la promesa del instante y sus catástrofes...
Tocaba por tu sueño con sus labios la hermética erótica del Ser: ¡licor seráfico! /
inspirando con su lengua tu rumor selvático de letras.
La melodía inoída en tu delirio erguido te regalaba siempre,
y olvidaba las líneas de su rostro
en tu reposado fluir de flor que ahora despierta...
¿Cómo bañar aquel insomnio ardiente con el rocío lúcido de tus entrepétalos?
¿Cómo bañar aquel insomnio ardiente con el rocío lúcido de tus entrepétalos?
¿Cómo evitar el naufragio sordo, el aullido y la caída ciega en el terror perfumado de una carne que piensa?
En cubos transparentes de cristal, copula el innombrable con tu oscuridad entreabierta.
Él desea hoy beber tu convulso silencio,
En cubos transparentes de cristal, copula el innombrable con tu oscuridad entreabierta.
Él desea hoy beber tu convulso silencio,
cogerte como su perra celeste y coronarte,
desnudándote la herida con el beso más impuro
en el desértico grito de tu adentro,
de tu alta y todavía indescifrada frente…
Santo Domingo, República Dominicana.
1 comentarios:
¡Qué manera tan intensa y a la vez sutil de decir las cosas!
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